La zona para los más pequeños |
En las proximidades de Oporto visitamos en septiembre el parque Magikland, que es el que antes estuvo en Braga con el nombre de Bracalândia. Concretamente se encuentra a las afueras de Penafiel, junto al Parque da Cidade, lugar en el que nos instalamos con nuestra autocaravana y que os recomiendo. Tiene una amplia zona de aparcamiento y zonas verdes en las que pasear, jugar con los niños o el perro e incluso hacer un picnic.
No os harán falta calzos y la noche es muy tranquila. La única pega, no hay sombra, la zona con árboles es muy baja para aparcar la autocaravana.
Desde este parque estaremos a menos de cinco minutos del aparcamiento de Magikland. Es amplio, pero tremendamente bacheado, y viendo que es de tierra, imagino que cuando llueve se convierte en un barrizal. Es gratuito.
Magikland no es un parque de atracciones al uso, de hecho ellos mismos se definen como Parque de
Diversões, lo que vendría siendo un conjunto de atracciones como las que nos encontramos en las ferias o fiestas de nuestras ciudades, con opciones desde muy pequeñitos. Nuestro niño tiene 8 años y lo pasó fenomenal, aunque yo creo personalmente que con más de diez no lo llevaría, se le quedaría corto un parque como este.
Montaña rusa |
Al llegar al parque nos reciben las mascotas, que se hacen fotos con los niños, y suena la canción del parque. El personal es encantador y muy cariñoso con los niños, da gusto.
Entramos y tenemos diferentes zonas temáticas, como África, Piratas o la Aldea Medieval, con diferentes atracciones, algunas tematizadas, como la montaña rusa (es bastante pequeña, apta para peques). Las dimensiones no son grandes, de forma que no nos perderemos aunque no llevemos a mano el plano que nos facilitan a la entrada.
Existe la opción de llevar nuestra propia comida y utilizar las mesas y bancos disponibles, o bien comer en el restaurante del parque, con un menú del día a base de pollo a la brasa que no es para echar cohetes, pero no está mal... En todo el parque encontraremos dónde comprar bebidas o helados.
Entramos y tenemos diferentes zonas temáticas, como África, Piratas o la Aldea Medieval, con diferentes atracciones, algunas tematizadas, como la montaña rusa (es bastante pequeña, apta para peques). Las dimensiones no son grandes, de forma que no nos perderemos aunque no llevemos a mano el plano que nos facilitan a la entrada.
Existe la opción de llevar nuestra propia comida y utilizar las mesas y bancos disponibles, o bien comer en el restaurante del parque, con un menú del día a base de pollo a la brasa que no es para echar cohetes, pero no está mal... En todo el parque encontraremos dónde comprar bebidas o helados.
Qué chulada, aunque sí, para niños mayores de diez años quizá se quede pequeño.
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