A principios del mes de septiembre vivimos lo que sería nuestro primer viaje largo en autocaravana, nada menos que trece días con sus doce noches, recorriendo Asturias, Cantabria y el País Vasco. Hasta ese momento lo máximo que habíamos estado fuera con nuestra autocaravana habían sido cinco días, así que todo un desafío estas vacaciones.
Salimos de Galicia rumbo a Cantabria y nuestra parada fue en Cabárceno, pues al día siguiente queríamos disfrutar a tope del parque y sabíamos que necesitaríamos toda la jornada para poder hacerlo. He de confesar que metimos bastante la pata para llegar aquí y tuvimos que dar varias vueltas, de manera que acabamos pernoctando en la entrada principal, aunque la idea era hacerlo en la zona del lago, que además dispone de área de autocaravanas. En Cabárceno tuvimos un día fabuloso porque la temperatura no fue alta. Seguimos las indicaciones de la señorita que nos vendió las entradas de seguir la ruta marcada para autobuses (ojo con esto, nos lo indicó porque preguntamos, no sé si habitualmente es así, pero tenedlo en cuenta porque hay sitios imposibles con la autocaravana). Disfrutamos de momentos increíbles, como la comida junto a las jirafas, los juegos de los bebés gorila, toda la familia de elefantes retirándose para dormir... Un parque altamente recomendable para pasar un día con los peques.
Al terminar el día salimos hacia la zona donde se encuentra el lago, al área de autocaravanas... Afortunadamente hay una generosa explanada para instalarse (éramos cerca de 30 vehículos aquel día), porque el área es pequeña, con los árboles bajos y encima está en una leve cuesta...
Junto al área había un pequeño puesto de venta de recuerdos del parque, helados y alguna otra cosa de comida. Compramos pan fresco y unos sobaos deliciosos que nos desayunamos en los tres o cuatro días siguientes. Pasamos aquí una noche tranquilísima junto al lago habitado por cientos de garzas, rodeados de oscuridad y silencio y sobre nosotros un cielo cuajado de estrellas. Realmente maravilloso.
Desde aquí salimos al día siguiente rumbo a Portugalete, donde habíamos quedado con unos amigos. En esta localidad no hay área ni zona específica para autocaravanas (el área más próxima está en Bilbao), pero nos situaron en una calle tranquila y pasamos buena noche.
Paseamos por la zona vieja de Portugalete, con un ambientazo junto al río, donde se celebraba una regata, practicamos el terraceo y como no podía ser menos, cruzamos al otro lado por el Puente Colgante, con un poquito de vértigo al principio, pero se pasa rápido con las vistas que se pueden disfrutar desde arriba. Hicimos la ida a pie y la vuelta en la barca que cuelga del puente. De este paseo me encantaría poneros fotos, pero extravié la cámara y de determinados lugares no tengo ni tan siquiera fotos hechas con el móvil, como en este caso...
La excursión al día siguiente fue a un lugar realmente espectacular por su emplazamiento: San Juan de Gaztelugatxe, un buen paseo y un atracón de escaleras, pero una recompensa tan grande que uno se olvida de lo que le ha costado llegar hasta allí, una ermita situada en un islote cuya estampa resulta impresionante.
El día que nos acercamos aquí había fiesta y nos resultó complicadísimo aparcar e imposible comer en los restaurantes de la zona, como teníamos planeado, pero no suele ser lo habitual, así que no dejéis de visitar este lugar tan impresionante, os gustará seguro!
Desde aquí fuimos a visitar el Castillo de Butrón, en Gatica, por cierto, recientemente puesto a la venta en Internet, por si hay por ahí algún interesado... Sólo se puede ver por fuera, hace algún tiempo que se cerró al público, pero vale la pena acercarse; es un lugar agradable para un paseo y el castillo, de estilo romántico y origen medieval, es de esos que uno se imagina en los cuentos clásicos, con una princesa infeliz mirando al horizonte desde la almena deseando que llegue ese caballero que le ha robado el corazón...
Y continúa nuestro periplo, pero no querría hacer un post enciclopédico, así que seguiré contándoos en próximas entregas. Prometo no hacer esperar demasiado!
Vaya viajecito os pegáisteis, no está nada mal para estrenarse en unas vacaciones más largas. Por cierto, ¿encontraste algún cartel donde dijera cuánto piden por el castillo? Que lo mismo llamo, jajajaja. :-P
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